No me refiero a los objetos en sí, sino al uso que se les da y más importante, la identidad que representan o son escogidos para representar. Los objetos son objetivos en transmitir lo que son: "soy un iPod, soy rectangular, con bordes redondeados, soy blanco, tengo una mitad metálica, una rueda táctil y una pantalla"; sin embargo, son los sujetos los que cargan a estos objetos de la siempre vapuleada subjetividad, que permite que cualquier cosa pueda ser posible y que es la manera más fome de defenderse en {y a la vez terminar} una conversación, donde un iPod deja de ser un reproductor de música y pasa a convertirse, y de paso convertir a su dueño en parte de una élite de estilo, coolness y buen gusto.
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No me refiero a los objetos en sí, sino al uso que se les da y más importante, la identidad que representan o son escogidos para representar. Los objetos son objetivos en transmitir lo que son: "soy un iPod, soy rectangular, con bordes redondeados, soy blanco, tengo una mitad metálica, una rueda táctil y una pantalla"; sin embargo, son los sujetos los que cargan a estos objetos de la siempre vapuleada subjetividad, que permite que cualquier cosa pueda ser posible y que es la manera más fome de defenderse en {y a la vez terminar} una conversación, donde un iPod deja de ser un reproductor de música y pasa a convertirse, y de paso convertir a su dueño en parte de una élite de estilo, coolness y buen gusto.
Los sujetos nos hacemos de objetos que nos representen y expresen nuestra identidad, desde nuestras zapatillas a nuestro reproductor de música. Estos objetos pueden ser, en algunos casos, los mismos para sujetos distintos y estos objetos ya dejarán de ser y de significar lo mismo. Un buen ejemplo es la ropa vintage, donde el pantalón del abuelito no significa lo mismo para el abuelito que para el joven lolo que lo adquiere, ni transmite lo mismo si uno u otro lo usa. Que extraño resulta que un objeto se mantenga igual y que a la vez cambie tanto.
Otra dicotomía, según yo, se da dentro de las categorías que propone David Readhead en "Productos del tiempo", según interpreta Juan Guillermo Tejeda en su "Diccionario Crítico del Diseño". Estas categorías son las de Básico y Más.
Básico se refiere a lo simple y esencial de los objetos, donde estos se sacuden todo lo sobrante y se presentan como sintetizados en su función. Es "el minimalismo, la ausencia de sofisticaciones derivadas o de detalle", en un mundo que bombardea información constantemente y en todas direciones.
Más se refiere a lo contrario: a la "superabundancia", el exceso, la acumulación de objetos, la veloz obsolescencia de los mismos, la vertiginosa cadena de consumismo, los desechos, etc. Bruno Munari, en su texto "Como Nacen Los Objetos" se refiere a algo similar: El Lujo.
"El lujo es la manifestación de la riqueza que quiere impresionar a quien es
pobre. Es el triunfo de la apariencia sobre la sustancia, sobre lo que realmente
importa. El lujo es ficción, es la utilización impropia de materiales costosos y
que no mejoran funciones. El modelo ya no es el lujo y la riqueza como
antiguamente. El lujo no es un problema de diseño."
Es curioso, al menos para mi, ver como se comportan las colecciones de objetos en distintos grupos socio económicos. Mientras la sofisticación apunta a la sobriedad, ambientes minimalistas de amplios espacios y aire visual, limitada gama de colores, control sobre la colección al momento de escoger que cosas la integran y que cosas no, etc; lo más popular se la juega por el colorido, lo recargado, la mezcla de tendencias y estilos, de materiales, lo errático de su distribución, etc. Es cosa de ver una tienda de Alonso de Córdoba y un bazar en Meiggs.
Qué causa esto? que provoca que una clase más alta opte por lo básico mientras que una popular opte por lo más? yo creo que tiene que ver con aparentar otro status mediante el show off excesivo y sinsentido, además de una falta de sentido estético que puede entenderse un poco mediante la definición de Vanguardia y Kitsch que da Umberto Eco en Apocalíticos e Integrados, donde la clase alta generaba la Vanguardia {en todo orden de cosas} que al tiempo de ser usada, decantaba hacia las clases más bajas, donde era reproducida y utilizada sin criterio definido, lo que transformaba este objeto que antes era de Vanguardia en un objeto Kitsch y de mal gusto. Ejemplo: los punteros láser. Mi viejo es dentista y fue profesor en Valpo. El año 98 fuimos a Europa y se compró un puntero láser en una tienda X, porque lo encontraba muy útil para dar clases y exposiciones. Le costó como $25.000, o algo así, barato no era. Ya el año 99 me acuerdo de haber ido al Festival de Viña y ver una de las primeras manifestaciones del ya clásico láser en el ojo del pobre Vodanovic. Vendían punteros láser en la cuneta a $1.500.
Este es un ciclo necesario para la producción de objetos nuevos y creativos, pues cuando la vanguardia se convierte en kitsch y las clases bajas acceden a tecnología que antes manejaba sólo la elite, la clase baja comienza a "escalar" en clases sociales; y como a la élite no le gusta compartir su escalón, entonces genera nuevos productos y tecnologías vanguardistas que los alejen de la clase baja hasta que esta vanguardia se convierta en kitsch y el ciclo vuelva a empezar. Así que la próxima vez que vaya al mall chino de San Diego, sea caritativo, compre algún regalito de pascua y colabore así con que el próximo Mac tenga pantalla multi-touch y funcione a base de proto-cultura.